Esta entrada contiene spoilers de la primera temporada de The Wilds
The Wilds es una serie que me enganchó desde su primer capítulo. No solo por la trama (altamente entretenida porque juega muy bien con el misterio y los dos tiempos que muestra), o los personajes (todas muy distintas, pero tratadas de una forma que las entiendes y empatizas con todas). Me enganchó, sobre todo, por la tesis principal de la serie, expresada literalmente y sin ningún tipo de sutileza por Leah en el primer capítulo: la vida es un infierno para las adolescentes de hoy en día. El misterio de la isla está muy bien, pero lo verdaderamente interesante de esta serie, al menos para mí, es que para todas estas chicas, pasar por el mal trago de la isla no fue su primera experiencia traumática. De hecho, para alguna de ellas (al menos por un tiempo), la isla fue casi un refugio, un oasis donde descansar de sus vidas. Y hay un aspecto en concreto que creo que la serie tata de forma sublime: la violencia sexual.
En Estados Unidos, una de cada nueve chicas menores de 18 años han sufrido violencia sexual por parte de un adulto. No solo eso, sino que las chicas de entre 16 y 19 años están más en riesgo de sufrir violencia sexual que la población norteamericana general. (Podéis consultar estos datos aquí: RAINN). Es decir, aunque no se trate como tal, la violencia sexual hacia adolescentes es una epidemia. La mayoría de chicas jóvenes o bien ha sufrido violencia sexual o conoce a alguien a quien le ha pasado (o ambas). Y esto es algo que The Wilds deja clarísimo durante toda su primera temporada.
El primer capítulo de la serie ya nos presenta a Leah, nuestro punto de entrada en este mundo, que es víctima de violencia sexual por parte de un hombre cuya edad desconocemos pero que aparenta estar en la treintena. Leah no es consciente en ningún momento de que su experiencia con este hombre haya sido algo malo. Para ella, la depresión en la que está sumida es simplemente consecuencia de que la persona de la que se ha enamorado la haya dejado. Me parece un retrato extremadamente realista de algo por lo que, por desgracia, pasan demasiadas chicas, que sufren las consecuencias psicológicas de haber sufrido violencia sin ser conscientes de que eso es lo que les pasa. Es evidente para cualquier persona adulta viendo esta serie que Leah es aquí una víctima, por mucho que ella tuviese sexo gustosamente con Jeffrey, y por mucho que fuese ella la que mintió sobre su edad. Creo que con Leah están subvirtiendo el tópico machista de la chica joven “madura para su edad” que tienta a pobres hombres indefensos. Porque además, por si había alguien un poco despistade, la serie explicita a través de Fatin que Jeffrey es un depredador, haciendo alusión al hecho de que es un hombre adulto escribiendo sobre mujeres jóvenes perdidas en la vida que se anda liando con menores. En ningún momento la serie se pone de parte de Jeffrey ni siente empatía alguna hacia él. Da igual que Leah mintiese respecto a su edad, él sabe en todo momento que es una chica que va al instituto y se lía con ella creyendo que acaba de cumplir los 18 teniendo él bastantes más años. La serie deja además muy claro que la depresión de Leah viene después de haber pasado por esto con Jeffrey: hay un contraste explícito entre la chica alegre de sus primeras escenas y cómo es durante el resto de la serie. Da igual que ella no sea consciente de que es una víctima, las consecuencias siguen estando ahí porque ha vivido lo que ha vivido.
Otro aspecto de la historia de Leah que me encanta es que las relaciones con chicos de su edad también se presentan como un terreno peligroso e irregular. Por una parte, tenemos claro que su relación con Jeffrey es algo negativo para ella, su salud y su experiencia vital. Por otra, tiene a un mejor amigo que aprovecha un momento en que ella está muy vulnerable emocionalmente para enrollarse con ella por primera vez, y su otra experiencia sexual es haciéndole una paja a un chico que tiene novia y que no se preocupa en ningún momento de si ella se lo está pasando bien. Por no tener, no tiene ni un pañuelo que darle para que se limpie la pobre. Lo que quiero decir con esto es que la experiencia de Leah es realista. Es normal que se quede obsesionada con Jeffrey porque en ningún momento lo concibe como algo negativo, ya que ha tenido una experiencia sexual placentera con él, y los chicos de su edad con los que se relaciona son lo más egoísta del universo, preocupados únicamente por su propia felicidad y placer. Pero eso en ningún momento minimiza la violencia que ha sufrido. La serie refleja muy bien que la sexualidad para muchas chicas es un campo de minas. Muy pocas veces he visto reflejado esto de forma tan realista y tratada con este nivel de complejidad. No es todo blanco y negro, que es el motivo principal por el que Leah no se concibe a sí misma como víctima.
El segundo personaje que se revela como víctima de violencia sexual es Jeanette, que habla de cómo en una fiesta la drogaron y la manosearon mientras grababan un video que después difundieron a todo el instituto. Otra forma distinta de violencia contra la mujer y sus (por desgracia frecuentes) consecuencias: la señalada fue ella y no sus agresores. Jeanette le dice abiertamente a Gretchen que odia a los hombres, y me encanta que incluyesen esa frase. Porque es algo que se suele usar contra el feminismo, decir “las feministas odiáis a los hombres”. Pues mira, el feminismo no va de eso, pero sí, hay mujeres que odian a los hombres, igual que hay muchos hombres que odian a las mujeres. La diferencia está en que los hombres que odian a las mujeres, en general, las odian simplemente por existir, mientras que las mujeres que odian a los hombres lo hacen porque han tenido experiencias terribles con ellos. Y parece que sea tabú hablar del tema. Me parece genial que la serie presente ambas partes en la misma escena. Por una parte, tenemos a Gretchen diciendo que ella no odia a los hombres, que simplemente quiere un mundo mejor en el que las mujeres tengan poder, pero no poder sobre los hombres. Es decir, busca la verdadera igualdad. (Nota: no me voy a meter a hablar de Gretchen aquí porque no va de eso la entrada y ya bastante largo va a quedar, pero realmente me parece un personaje fascinante). Por otra parte, tenemos a Jeanette admitiendo abiertamente que sí, ella odia a los hombres porque dos chicos le causaron un trauma tremendo, y la serie parece estar diciéndonos que está en todo su derecho de sentirse como se siente. Es Jeanette, de hecho, la única persona que parece empatizar con las chicas de la isla, ya que verlas drogadas le remueve el trauma y se da cuenta de que lo que están haciendo, por muy buenas intenciones que tengan, es también una violación de su consentimiento y su voluntad, y les van a causar un trauma a estas chicas sin comerlo ni beberlo. Y una cosa que me parece muy inteligente también es que son las consecuencias de su trauma lo que acaba por matarla, porque, una vez más, la serie se está tomando la violencia sexual extremadamente en serio, y mostrándonos sus consecuencias.
En el capítulo siguiente, tenemos la historia de Shelby, que no ha sufrido violencia sexual (aunque sí una homofobia intensa por parte de todo su entorno, aquí ni una muchacha sin traumas creados por la sociedad que las rodea). Sin embargo, descubrimos que su mejor amiga Becca sí. La serie deja claro que la violencia sexual entre adolescentes es tan común, que incluso cuando una de ellas no la sufre, tiene una amiga íntima que sí. En este caso tenemos otra situación completamente diferente, de abuso dentro de la familia, ya que Becca le cuenta a Shelby cómo su hermanastro aprovechó que ella estaba pillada por él para que le hiciese mamadas con frecuencia. Todo lo relacionado con Becca me parece que está hecho de manera genial. Para empezar, la madre de Shelby le deja caer que bueno, que qué valiente Shelby por ser amiga de Becca, porque resulta que Becca se sale de “lo normal” por haber intentado suicidarse. El entorno de Shelby (ni posiblemente el de Becca, por lo que sabemos de ambas familias) no interroga el por qué una chica tan joven intentó suicidarse, sino que, igual que hicieron con Jeanette, se la señala a ella. La reacción de Becca cuando ve a su hermanastro después de tanto tiempo es de pánico, y eso que está en un lugar público rodeada de gente. Me encanta que la serie muestre con tanta empatía y respeto por la víctima lo traumático de la situación, incluso en un momento en que no está en peligro para nada. Me encanta también que Shelby inmediatamente vea que lo que ha pasado es abuso claro y lo exprese explícitamente para que no quede duda. En todo momento la serie se esfuerza para que a les espectadores nos quede claro de parte de quién está. Y creo que además muestra otro aspecto importantísimo de todo esto: en cuanto Becca se queda sin apoyo porque Shelby le dice que en realidad es una guarra que lo iba buscando, Becca se suicida. La serie no se muerde la lengua a la hora de mostrar las consecuencias de todo esto.
Que la serie se deje a Martha para el final me parece una auténtica genialidad. Ya nos han allanado el terreno introduciendo diferentes tipos de violencia sexual, en los que vemos las consecuencias para las víctimas: depresión, estrés postraumático, suicidio. Y van al final y nos traen a Martha, que durante toda la serie ha sido el rayo de luz de la isla, que piensa siempre lo mejor de toda la gente que le rodea, que se hace amiguísima de Shelby desde el minuto 0 simplemente porque Shelby es maja con ella, que parece la persona más genuinamente feliz de todas ellas. Y te revelan que ha sufrido una de las peores violencias que a cualquiera se le pueda ocurrir: su médico abusó de ella cuando era una cría. Y aquí, señoras y señores, me tengo que quitar el sombrero, porque verdaderamente la serie huye de estereotipos y de caricaturas de cómo imaginamos que es una víctima. Porque resulta que Martha no cae en una depresión, ni se le ven signos claros de haber sido víctima de nada. Pero que no se vean no quiere decir que no estén ahí. Como se da cuenta su madre, demasiado tarde, Martha lo que ha hecho es crearse un mundo de fantasía en el que no quiere creer que nadie sea malo porque eso le haría tener que enfrentarse a lo que le ha pasado a ella. Y en lugar de mirar a la cara a ese horror, Martha entra en un estado de negación tan profundo que no es capaz de volver a salir de él. Hasta el punto de que cuando tiene la oportunidad de meter a su violador en la cárcel, le defiende. Y la serie muestra claramente que esto ha sido tan dañino para Martha como lo ha sido la experiencia de cualquiera de las otras víctimas de la serie.
¿Lo que más me gusta de todo esto que acabo de contar? La violencia sufrida no define por completo a ninguna de estas chicas, es tan solo un aspecto más de sus vidas. Obviamente, es algo que les ha afectado a todas, y la serie nos lo muestra, pero son mucho más que su trauma. Sabemos muchas más cosas de ellas. Por ejemplo, Martha se siente insegura y quiere gustarle a los chicos y es una amiga estupenda y leal; a Jeanette le encanta P!nk, odia los estereotipos y se deja llevar por la rabia aun cuando le va a repercutir negativamente a ella cuando ve una injusticia; Leah es una chica normal y corriente que siente que todo el mundo es especial menos ella, es extremadamente perceptiva y sabe disculparse cuando se ha equivocado. Demasiadas veces en ficción, cuando se habla de víctimas de violencia sexual, eso define por completo al personaje. No son más que la violencia que ha sido ejercida sobre ellas. Estas chicas son personajes realistas, a las que les han ocurrido cosas horribles, sí, pero con sus personalidades, sus anhelos, sus relaciones interpersonales y sus problemas con sus familias.
Creo que la serie, además, es muy inteligente en cómo presenta todo de forma compleja y sin demonizar nunca el sexo. Incluir a un personaje como Fatin, que disfruta tan abiertamente de su sexualidad y que no parece tener ningún tipo de experiencia negativa con el sexo, es brillante, porque deja claro que el problema no es en ningún momento que las chicas jóvenes exploren su propia sexualidad cuando así lo desean en sus propios términos y de forma sana. No dejan la puerta abierta para que alguien pueda criticar que en realidad la serie está demonizando las experiencias sexuales de las adolescentes. De hecho, esto no se muestra solo con el personaje de Fatin, sino que hay momentos como la escena en que la mayoría cuentan que se han masturbado desde que están en la isla, y Fatin habla de forma muy natural de cómo ella es incapaz de llegar al orgasmo utilizando tan solo sus dedos. Muy rara vez he visto a nadie en ficción hablar del tema, y mucho menos con tanta naturalidad.
En resumen, creo que una de las grandes virtudes de The Wilds (y no es la única) es que es una serie muy inteligente que muestra de forma realista, compleja, con muchísimos matices y muchísimo respeto y seriedad la violencia sexual. Existen series buenísimas que se centran en la cultura de la violación, como Unbelievable o I May Destroy You, y que recomiendo siempre, pero el tema de esas series es que van de violencia sexual; ésa es su temática principal. Pero creo que no me equivoco si digo que nunca había visto una serie de temática adolescente que tratase la violencia sexual de una forma tan natural, como si fuese una parte más de la vida de las chicas jóvenes, porque por mucho que escondamos la cabeza con este tema, por desgracia, eso es exactamente lo que es. Ahora solo espero que la segunda temporada esté a la altura, porque la primera se ha convertido ya en una de mis recomendaciones imprescindibles.