El #MeToo supuso una revolución cultural y además de las consecuencias (pocas, por desgracia) que ha tenido en la sociedad norteamericana, ha supuesto un cambio en el tipo de series a las que se da luz verde. Las cadenas de televisión (y en esto incluyo los servicios de streaming) han visto que el feminismo es un tema del que pueden sacar tajada ya que hay una buena cantidad de espectadores (aunque sobre todo espectadoras) que buscan feminismo en la ficción que consumen y se han puesto manos a la obra. También Hollywood está en ello, pero por una parte, Hollywood siempre va unos cuantos pasos por detrás de la sociedad, y por otra, yo aquí hoy he venido a hablar de series, así que en eso nos vamos a centrar.
La respuesta feminista a muchas de estas series y películas no ha sido siempre la que los estudios y cadenas se esperaban. Si nos das un producto cultural supuestamente feminista, pero solo incluyes a mujeres cis, blancas, hetero, de clase media-alta y que se ajustan al canon de belleza imperante, lo más probable es que se escriban muchos artículos e hilos de Twitter sobre cómo tu serie simplemente intenta sacar tajada pero el feminismo en realidad brilla por su ausencia. Ésta me parece una respuesta lógica, ya que todas y todes estamos un poco hartes de no vernos reflejades en la ficción que nos gusta, y muchas veces equiparan “protagonizado por mujeres” con “feminista” y ya estamos muy quemades de que se pongan la medalla por hacer lo mínimo (incluir a la mitad de la población). Me parece necesario y sano, además, criticar la ficción que vemos, incluso la que nos encanta. Sin embargo, creo que hay un problema gordo aquí, y es que siempre exigimos la perfección de productos supuestamente feministas, pero ¿cuándo habéis visto artículos sobre la falta de inclusión de personas gordas en papeles protagonistas en un procedimental? ¿o sobre la falta de inclusión de personas trans en un culebrón cualquiera? Ojo, yo soy la primera que hace esto, pero sí que creo que, además de criticar lo que hacen mal las series que tratan temas feministas, quizás también deberíamos fijarnos un poco en lo que hacen bien. Y después de esta introducción tan larga, entro en materia de verdad. Vengo hoy a romper una lanza en favor de esas series sobre mujeres que, si bien no son perfectas ni de lejos, nos presentan un mundo más amable, más humano, menos raro.
Este año he visto un par de series, The Bold Type (hasta la 3ª temporada) y The Sex Lives of College Girls, que me han hecho pensar “esta serie ocurre en un mundo que se parece muchísimo al nuestro pero es claramente una realidad paralela” porque presentan un mundo en el que a las víctimas se las cree, en que las mujeres se apoyan incondicionalmente, y en que los hombres reguleros aprenden de sus errores y crecen como personas. Vamos, que no son para nada realistas. Sé perfectamente que en algún momento anterior de mi vida esto me habría puesto de los nervios, habría puesto los ojos en blanco y me habría parecido hasta mal que mostrasen este mundo tan amable y de color de rosa, y sin embargo viendo el final de The Sex Lives of College Girls me encontré pensando: ¿y por qué no? Y de ahí nació esta entrada. Porque, efectivamente, ¿por qué no? ¿Por qué no mostrar un mundo mejor en nuestra ficción? Los hombres hetero llevan toda la vida teniendo series y películas que son fantasía pura, en la que el protagonista pringadísimo, feo, y gilipollas se lleva a la chica más guapa que pudieron encontrar para el casting solo por existir. Qué digo los hombres hetero, esta trama me la han metido en series supuestamente dirigidas a un público femenino más de una vez y me la he tenido que tragar igual.
Permitidme que me centre un poco en The Bold Type para ilustrar lo que quiero decir. Sin spoilers concretos, no os preocupéis. The Bold Type es una serie que nos presenta a tres amigas que trabajan en una revista de moda y se quieren muchísimo, y nos va contando su amistad, los problemas que se van encontrando en el trabajo, y sus líos amorosos. Pero sobre todo es una serie que es casi un “procedimental del feminismo”, en la que en cada capítulo se trata una problemática distinta: la violencia sexual, la discriminación racial, la homofobia interiorizada, y un grandísimo etc. Todo esto se acaba solucionando siempre con gente hablando de los temas, tomando algún tipo de acción para solucionar el problema concreto del capítulo, y siempre con muchísima sororidad, cariño y amabilidad. El primer capítulo de la serie deja clarísimo por dónde van a ir los tiros, usando a la revista y su ética como metáfora de la serie, diciendo que lo que hace la revista es “stealth feminism”, lo que yo he decidido traducir como “feminismo ninja”: te venden un producto supuestamente “de chicas”, gente guapísima con vestidazos y maquillaje siempre perfecto, en un paquete ligerito, pero que trata temas importantísimos por el medio. También meten a una junta directiva del grupo editorial que son todo señores mayores blancos, que yo creo que es también una metáfora de cómo a la serie probablemente no le están dejando hacer todo lo que quiere hacer porque los que mandan son quienes son. Me hace pensar que quizás por eso las tres protagonistas son extremadamente normativas, porque de otra manera a la serie no se le habría dado luz verde, no olvidemos que nada de esto ocurre en un vacío en que la creadora puede hacer lo que le de la gana con su serie. Y creo que esto del feminismo ninja es algo importante también. ¿Es una serie perfecta? No. Pero creo que es una serie que no está intentando llegar a quienes ya estamos concienciades con estos temas, sino que es una serie muchísimo más mainstream que va a llegar a un público más amplio precisamente por ese envoltorio tan amable, bonito y normativo que lleva.
Pero incluso para aquelles de nosotres que ya nos autodenominamos feministas, me parece una buena serie que ver. ¿No me merezco yo una serie que me muestre lo que podemos llegar a ser como sociedad? ¿No me merezco yo mis series ligeritas de apagar un poco el cerebro y ser feliz y poder poner una sin tener que acabar enfadada porque hay machismo en mi entretenimiento? Quiero decir: puestos a elegir entre una serie chorras en la que me puedo comer machismo, transfobia o racismo de forma súper casual y una serie chorras en la que nada de esto va a pasar, yo tengo claro con cuál me quedo. Y creo que vivimos en un momento maravilloso para este tipo de entretenimiento, que por fin empieza a estar dirigido a mujeres pero pensando en nosotras de verdad, no en plan “comedia romántica supuestamente dirigida a mujeres pero que necesita más metraje que no entran todos los tópicos machistas que se le han ocurrido al guionista”.
Que vaya por delante que no digo que este tipo de ficción sea mejor (ni peor) que otras, sino que verdaderamente debería haber variedad para que cada une de nosotres escoja el tipo de serie que más le apetece según sus gustos sin riesgo de encontrarse ranciedades. Creo que series más serias, como por ejemplo Unbelievable o I May Destroy You, ambas centradas en la cultura de la violación, son igualmente necesarias e importantes. De hecho, Unbelievable me parece una de las mejores series que he visto y lo hace todo bien y la recomiendo muchísimo siempre porque trata el tema con una rabia que echo muchas veces en falta cuando hablamos de crímenes atroces como lo es una violación. Sin embargo, el problema de este tipo de series es, precisamente, que nos muestran el mundo tal y como es, y yo ya sé cómo es el mundo porque vivo en él, y a veces me apetece que la serie me diga “sí, tía, no te lo imaginas tú, estamos así de jodidas” y otras necesito desconectar y que me muestren la posibilidad de un mundo mejor. Y creo que si solo exaltamos a las series “serias” y dejamos de lado series más ligeritas como, por ejemplo, Grey’s Anatomy, que ha tratado también temas como la cantidad de mujeres que se mueren de infarto porque el personal médico las ignora, el trauma de una violación, o el racismo institucional, pues salimos perdiendo.
Y quiero volver a repetir que esto no quiere decir que no haya que criticar a todas las series cuando meten la gamba, porque claro que lo hacen, y es la única manera de que las cadenas vean qué molesta al público para que no lo vuelvan a repetir. Soy partidaria de ver todo entretenimiento con un ojo crítico también, que no se me malinterprete. De hecho, creo que hay un problema gordo con las series feministas, y es que las que triunfan son o bien las que presentan a las mujeres como víctimas o las del feminismo ninja. Pero luego las series que lo que muestran es una manera de luchar en contra de las estructuras patriarcales, ay amigues, ésas nos las cancelan a la primera temporada. Porque rozar el posfeminismo a las cadenas les encanta, porque vende pero no ofende a nadie. Encasillarnos en el papel de víctima es algo que ya se lleva haciendo toda la vida, así que aunque ahora se haga desde la perspectiva de la propia víctima, es algo que los jefazos llevan mejor. Pero series como Sweet/Vicious o Dietland, en las que las mujeres utilizan la violencia física para enfrentarse a las violencias machistas que las rodean, ésas no duraron. No vaya a ser que nadie saque conclusiones incómodas.
Si queréis una conclusión para esta reflexión, es básicamente ésta: que necesitamos ficción feminista de todo tipo. Ya está. El problema no está en mostrar a mujeres como víctimas (porque por desgracia muchas lo somos), o en mostrarnos una sociedad semi-utópica (porque también necesitamos esperanza), el problema es que se nos sigue relegando al nicho de las “series feministas”, y mira, no, yo quiero feminismo en mis comedias románticas, en mis dramas familiares, en mi fantasía urbana, en mi ciencia-ficción, en mi fantasía épica y en cualquier otro género que se os ocurra.
Y hasta aquí esta primera reflexión que he querido sacarme de dentro. Sentíos libres de llevarme la contraria en los comentarios, o añadir algo, o criticar lo que sea. Yo siempre encantada de hablar del tema.