Esta entrada contiene spoilers tanto de la novela Drácula de Bram Stoker como de su "adaptación" a manos de Coppola. Estoy escribiendo de memoria, si hay algún detalle de la novela que estoy recordando mal, me lo podéis hacer saber y lo intento comprobar.
Una de las mejores cosas que me pasó en el año que acabamos de dejar atrás fue encontrarme con Dracula Daily casi al principio, y poder redescubrir una obra de la que, si bien recordaba que me había gustado cuando la leí en la universidad (hace ya unos añitos), no tenía ningún recuerdo concreto. Y comentarla con toda la gente de Tumblr ha sido maravilloso. Me ponía contentísima cada vez que había entrada nueva. Y creo que en parte es porque al redescubrirla me di cuenta de lo moderna que es esta novela del siglo XIX en cuanto a su tratamiento de los roles de género y la sexualidad. (Que tiene sus cosillas porque es una novela del siglo XIX, pero quedé muy gratamente sorprendida en varios aspectos).
Así que hoy decidí volver a ver la película de Francis Ford Coppola. Película que recordaba que no me había gustado mucho en su momento, pero como de eso hace más de una década, y a mi pareja también le apetecía, pues la sacamos de la biblioteca a ver qué tal. Y ahora, como habréis visto venir por el título, estoy enfadadísima. Así que sí, hoy os traigo una entrada sobre un tema de candente actualidad: la adaptación cinematográfica de Drácula del 92.
Podría hablar de muchas cosas: cómo los personajes femeninos lo único que hacen es estar ahí para enseñar escote a pesar de que Mina es de los personajes más inteligentes y útiles en la lucha contra Drácula, de cómo el Jonathan de la película es básicamente un mueble, de las múltiples partes que no tienen ni medio sentido en el guion... Pero hay un tema en concreto que me ha encendido especialmente, y en eso me voy a centrar.
Este tema tiene que ver con que en la novela original, el vampirismo de Drácula se utiliza varias veces como metáfora de violencia sexual. Por ejemplo, la primera vez que Mina ve a Drácula en Londres, se fija en cómo Drácula está claramente acechando a una mujer y la está siguiendo, y básicamente piensa "menudo tío más creepy". Y luego hacia el final de la novela hay una escena clave que es claramente una metáfora de una violación. Básicamente, como Mina es parte integral de los esfuerzos para acabar con Drácula, éste decide atacarla para poder apartarla de la lucha. Y tenemos una escena en la que Drácula deja inconsciente a Jonathan, muerde a Mina y luego fuerza a Mina a beber su sangre, amenazándola con que si no lo hace, se carga a Jonathan. En todo momento queda claro que Mina está horrorizada y se siente sucia, y en cuanto se enteran los demás están tan horrorizados como ella, y le dejan claro que no ha sido culpa suya. La metáfora está clarísima, y es una escena dura de leer.
El mensaje de la película, sin embargo, es que las mujeres a las que atacan lo van pidiendo. Y que si eres una mujer virtuosa, pues no te pasan esas cosas. Y que los hombres son pobres víctimas que no se pueden resistir al poder sexual de las mujeres. Sí, estáis leyendo bien: es muchísimo menos machista una novela del siglo XIX que una película de los 90.
Voy a intentar ser lo más breve posible, pero hay unas cuantas cosillas de las que hablar aquí.
La película ya empieza poniendo a Drácula no como un monstruo, sino como un pobre hombre cegado por el duelo por su gran amor, Elisabeta. Y es esa pérdida lo que lo convierte en vampiro. Desde el principio de la peli se nos pone a Drácula no como un depredador sino como un pobre héroe trágico. Y durante toda la película no paran de recalcar esto todo el rato.
En la primera escena entre Lucy y Mina, se las contrasta explícitamente porque Lucy es una mujer abiertamente sexual y Mina muestra asco hacia el sexo. Lucy se dedica a flirtear abiertamente con sus tres pretendientes, con bromas sexuales, estando los tres delante. Básicamente, Lucy es una guarra y Mina una mujer pura.
Para que veáis la diferencia, en la novela, cada vez que Drácula muerde a Lucy, eso se representa como algo horrible. Lucy cada vez está más débil y demacrada a pesar de los esfuerzos de toda la gente de su alrededor por ayudarla. Es una sección de la novela tristísima y muy frustrante, porque les lectores saben perfectamente lo que está pasando, mientras que les personajes no dejan de tomar las decisiones que creen correctas, pero que no dejan de poner a Lucy en peligro. (Excepto la madre de Lucy, la madre de Lucy la caga porque es una señora regulera, pero no viene al caso). En la película, sin embargo, Lucy recibe las visitas de Drácula con los brazos abiertos, hay una escena en la que parece que estén teniendo sexo completamente consentido que ella disfruta horrores mientras él la muerde, se pasa toda esa sección de la película teniendo orgasmos por la influencia de Drácula, besa a varios de los personajes masculinos y parece que se lo está pasando estupendamente todo el rato. (Hay muchas tetas en esta peli, por cierto, todas enseñan como mínimo escotazo, parece una parodia porno a ratos.)
Contrastemos esto con una escena en la que Drácula está a punto de morder a Mina, pero se contiene en el último momento. Porque claro, Mina no lo va buscando. De hecho, la escena que describí antes en la que Drácula viola a Mina metafóricamente, en la película es la escena en la que Mina le declara a Drácula su amor (porque aquí Mina es la reencarnación de Elisabeta por algún motivo) y beben el uno del otro de forma consentida. Sí, conviertieron una escena de violación claramente traumática en una escena de amor. Repito: convirtieron una escena de violación en una escena romántica. Y encima queda claro el contraste entre Lucy y Mina. Drácula no bebe de Mina hasta que ella demuestra que quiere. El mensaje está claro: si Drácula bebe de ti de forma no consentida, algo harías, y en el fondo sí era consentido porque te encantó el tema. A las mujeres buenas Drácula las trata bien y se espera a tener consentimiento con ellas.
Y en cuanto a los personajes masculinos, todos en la película sucumben a la tentación de la sexualidad femenina sin poder hacer nada por evitarlo, aun cuando saben que están en peligro. Lucy, una vez empieza su transformación, pide a Quincey y Jack que la besen, delante de otra gente, y ambos lo hacen, a pesar de que Lucy está comprometida con Arthur, amigo de ambos. En la novela, Lucy solo pide a Arthur, su prometido, que la bese. Y Arthur se aguanta las ganas porque Van Helsing no se fía de las intenciones de Lucy, a pesar de que sabe que puede ser su última oportunidad de besarla. Jonathan, que en el libro es el tío más fiel del universo, que se pasa la novela pensando en Mina constantemente y echándola de menos, que se tortura porque una de las novias de Drácula está a punto de besarlo aunque él no quería, ese Jonathan, en cuanto ve a las novias en la película dice: ah pues yo me tumbo aquí y me dejo hacer. Van Helsing, el máximo experto en vampiros del universo, cuando Mina está medio transformada, le enseña el escote, y va Van Helsing y también la besa a pesar de que obviamente es para hacerle alguna maldad. O sea, es una escena constante en la película. Todos los personajes femeninos seducen vilmente a un pobre personaje masculino que se deja liar porque a ver qué va a hacer él, pobre hombre hetero, ante un par de tetas.
Porque sí, además de ser una película que puedes poner para ejemplificar lo que es la cultura de la violación, esta peli es muy hetero y mucho hetero. Cosa que la novela... pues no tanto. Pero como ahí ya me metería en interpretaciones que quizás no están tan claras de aspectos de la novela, pues no me voy a meter. Pero si queréis hablar de cómo todes en la novela son bisexuales, aquí estoy.
En fin, que estoy enfadadísima de que esta película se tuviese como la adaptación más fiel de la novela cuando la mitad de la película es un fanfic Mina/Drácula y en la novela Mina es uno de los miembros más importantes e inteligentes del equipo anti-Drácula. Y luego que ha cogido el mensaje de la novela y nos ha contado literalmente lo contrario. Pero aún tuvieron las narices de ponerle "Bram Stoker's Dracula" sin ningún pudor. Mi recomendación (por acabar con algo positivo) es que si nunca os habéis acercado a la novela, probéis, porque yo cada vez que la leo le descubro detalles que hacen que me guste más.